Barbie había pasado mucho tiempo sin viajar, tanto que ni si quiera se había dado cuenta de cuánto habían cambiado las cosas a su alrededor. Lo curioso, es que solía pasar el día fuera de casa e incluso, cogía aviones frecuentemente para desplazarse de un lado a otro. Siempre eran las mismas rutinas, el trabajo, el gimnasio, las largas sesiones de belleza, algún día de cháchara con los amigos y, por supuesto, otra vez el trabajo.
El aeropuerto había dejado de suscitar en ella las emociones de años atrás, en los que la sola idea de volar, le dibujaba una sonrisa en la cara. Ya no viajaba, simplemente iba de un lado a otro para hacer esto o aquello, aquí o allá, apenas sin levantar la mirada. Se había desconectado y, sin haberlo planeado, se sabía perdida.
Amor a primera vis |
Barbie había pasado mucho tiempo sin viajar, tanto que ni si quiera se había dado cuenta de cuánto habían cambiado las cosas a su alrededor. Lo curioso, es que solía pasar el día fuera de casa e incluso, cogía aviones frecuentemente para desplazarse de un lado a otro. Siempre eran las mismas rutinas, el trabajo, el gimnasio, las largas sesiones de belleza, algún día de cháchara con los amigos y, por supuesto, otra vez el trabajo.
El aeropuerto había dejado de suscitar en ella las emociones de años atrás, en los que la sola idea de volar, le dibujaba una sonrisa en la cara. Ya no viajaba, simplemente iba de un lado a otro para hacer esto o aquello, aquí o allá, apenas sin levantar la mirada. Se había desconectado y, sin haberlo planeado, se sabía perdida.
Muchas noches, le costaba conciliar el sueño, y cuando al final lograba ceder terreno a Morfeo, tenía una especie de pesadilla recurrente. Siempre transcurría de la misma manera. Ella estaba sola en medio del mar interior de una isla pequeña, contemplando en el horizonte, un mismo y eterno atardecer de color lilia. Nunca se hacía de noche, de manera que el placer del recuerdo del ocaso, se convertía en un tormento que no daba tregua a la ansiada noche. Estaba saturada de la belleza de ese recuerdo. Por más que lo deseaba, nunca veía las estrellas y ese anhelo, la dejaba casi sin fuerzas. Odiaba verse así, en esa soledad artificial, siempre en el centro de un mar salado, interior y sin salida.
Tienes miedo querida- le dijo una mañana Ken mientras le abrochaba el cuello de la camisa. Sus palabras eran tan claras que provocaron en seguida la reacción propia de una mujer como lo era ella -¿Miedo?, ¡yo jamás he tenido miedo Ken!. Llevo muchos años trabajando para ser una mujer de éxito, sabes perfectamente por todo lo que he tenido que pasar hasta conseguir ser respetada... ¡Miedo!, no puedo comprender a qué te refieres con esa palabra, pero si... no te ofendas querido pero, ¡practicamente soy el hombre de esta casa! -Pero estás perdida, -la hizo callar él- no duermes bien, andas todo el día como si te llevara el demonio, te ha cambiado el humor y ... - ¡bueno, y qué!, -interrumpió ella el incómodo silencio- pues que juraría que estás más fea-. Esta sentencia fue definitiva, y Barbie se derrumbó.
Para Ken no era fácil verla así, estaba completamente loco por ella y estaba dispuesto a hacer lo que fuese por hacerla sonreír una vez más. Su historia de amor siempre había sido peculiar, desde la fascinación inicial que ambos sintieron en las playas de Malibú, hasta el cariño y conocimiento mútuo que se profesaban en su madurez. Ken sentía auténtica pasión por Barbie porque, de hecho, ambos estaban hechos del mismo plástico: eran el uno para el otro.
- Querida mía, te vas de vacaciones- le soltó él esa misma noche al llegar del trabajo. - No te entiendo Ken, cómo que me voy a de vacaciones..., sabes que ahora mismo tengo mucho trabajo...-por eso mismo, la cortó él enseguida.- Porque te quiero, y no puedes seguir así. Ya he preparado un itinerario, te vas a recorrer España. - ¿Has organizado todo eso sin consultarme?- No sé de qué te sorprende mi vida, ¡pero si llevo años encargándome de teñirte el pelo sin consultarte!, será así. Déjame explicarte, he hablado con tus amigos del grupo de Coleccionistas de Barbie en España, con los que tantas horas pasas hablando por Facebook- Adoro a esa gente, sin mis fans no soy nada- apuró ella a decir con un brillo de diamantes en los ojos- están locos por conocerte muñeca- ahora la voz de Ken era seductora-, y están organizando una Convención en Barcelona en octubre, solo por ti.- No necesitaron decirse mucho más, se entendieron.
"Este proyecto que ha implicado a más de cuarenta personas, no tiene más pretensión que el de conocerse, compartir y hacernos la vida más agradable los unos a los otros."
Y así fue como Barbie comenzó a recorrer España, con la clara intención de conocerse y reconciliarse consigo misma. Con la idea de darse una nueva oportunidad y con la ilusión de conocer a sus amigos de Facebook. Un viaje de interior, al interior. Partió de Gran Canaria, despiediéndose de los coleccionistas canarios , quienes le desearon la mejor de las fortunas en su empresa y le regalaron una camiseta de Elblogdeken para que no se olvidase nunca de ellos. Luego vino Tenerife, el cariño de los isleños y,¡la primera noticia en el periódico!- a ella le encantan este tipo de cosas. En Sevilla sus ojos volvieron a brillar, se vistió de flamenca, y después de mucho tiempo, volvió a bailar hasta el amanecer en las casetas de la Feria de Sevilla.
Pero fue su larga estancia en Córdoba la que la hizo pensar, y la obligó a dejarse querer y mimar por los amigos, porque a veces, como Ken le dice siempre, las cosas son así y es bueno que así sean. En Granada se sintió sexi y bella, quizá era el resultado de su cambio, pero lucía mejor que nunca en short, estaba relajada y feliz y eso se nota en la piel, que brilla más. El fuego de Alicante y sus hogueras, la volvieron a conectar con un pensamiento que para Barbie siempre había sido inspirador: la luz, el tiempo y la energía. Su mente estaba cambiando y ya estaba lista para llegar a Valencia, quizá su visita más personal. Se lo pasó de lo lindo en la ciudad del Turia, y una vez más sedució a los medios, pasó en el periódico y en la televisión, lució modelitos hechos a su medida y se fue reconciliada y oliendo a pólvora, ¿qué más se puede pedir?
Para cuando esta muñeca había llegado a Madrid, su sueño se había normalizado, se sentía llena de vitalidad y más enamorada de Ken que nunca. Fue en la capital donde se sintió abrumada ante el cariño de sus amigos y donde todos le cantaban "ayer la vi, bailando por ahí, con sus amigos por una calle de Madrid..." Fueron días felices, sin duda. Y ¡al fin Barcelona! Junto a Ken volvió de nuevo a ser una estrella en la I Convención de Coleccionistas de Barbie de España. La querían por ser como ella era, no tenía que hacer nada más. Cuando se quiso dar cuenta, su sonrisa se había vuelto a instalar en su rostro, y no tenía intención de abandonarlo.
El viaje no termina aquí, aún quedan muchas ciudades esperando a recibir a esta Barbie Viajera, muchos coleccionistas ilusionados en continuar con esta experiencia que ha conseguido que más de 40 personas se impliquen en un proyecto común que no tiene más pretensión que la de conocerse, compartir y hacerse la vida más agradable los unos a los otros. Una viaje en el que el miedo no va en el equipaje y en el que el día a día se hace más llevadero cuando escuchamos lo que los demás tienen que decir.
Un viaje en el que finalmente todos estamos:
Unidos por una pasión.
Un viaje en el que finalmente todos estamos:
Unidos por una pasión.
Continuará
Hola! Soy nueva por estos mundos virtuales, y llevo poquito coleccionando barbies, casualmente encontré tu blog, y me ha encantado! Enhorabuena por el trabajo que realizas!
ResponderEliminarLa iniciativa de la Barbie viajera es alucinante! La estoy siguiendo en sus andadas... yo soy de Vigo, si tiene previsto una visita a nuestra ciudad, me encantaría poder ayudarte en lo que pueda.
Un saludo!