Coleccionistas de Barcelona en la fuente de Canaletas |
La lluvia siempre vuelve- decía una sonrojada Barbie absorta en la ventana del hotel de Barcelona en el que se alojaba junto a Ken. Llas primeras gotas caídas desde el cielo anunciaban el cambio estival. -¿No es acaso romántico y perfecto?- le preguntó él con voz dulce.-Tú y yo, en este instante, ¿no te recuerda algo? - ella se abrazó a su novio todo lo fuerte que pudo, aspirando profundamente su olor- Aún hueles como en la primera cita, también llovía- le susurró ella al oído.- Entonces todo era tan diferente, éramos tan distintos... había algo de ingenuidad en nuestras primeras escapadas, algo mágico.- En ese instante, él la besó con todo el amor que había guardado para ella durante todos estos meses en los que habían estado separados- No conozco más magia que la de tus ojos, la de tu sonrisa perfecta, la de tu bella nariz, la de tu cintura que me vuelve loco...
-Pero, ¿te vas , verdad?, prácticamente le recriminaba ella- Sí, esta madrugada, sabes que tiene que ser así, respondía un serio Ken- pero nos veremos pronto en Navidad. Por cierto, ¿has hablado ya con Montserrat Pedrero?, está deseando que te quedes en su casa unos días y recorrer Barcelona contigo junto a los coleccionistas de la ciudad. -¡Sí que lo he hecho!, le respondió ella sin dejar de abrazarlo,- hoy durante la cena de la convención se ha acercado a mí y me lo ha contado todo, es una mujer ¡tan entusiasta!- No menos que tú querida, le dijo jocosamente él besándola en la frente- no sé por qué, pero creo que has encontrado la horma de tu zapato... ¡y no será porque no tengas zapatos!
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Barbie Viajera en Barcelona, por Montserrat Pedrero Arena
Barbie Viajera y yo llegamos unos minutos tarde al encuentro. Eran las 17:08hs. Viajamos en tren desde Rubí, de dónde soy yo, Mon Arena, hasta Barcelona en Paseo de Gracia. Lloviznaba y ya empezaba a asomar su cara el duro invierno que nos espera.
Nada
más llegar, contemplamos de un vistazo para ver si reconocíamos alguna cara,
pero sólo vimos la larga cola de turistas que siempre, haga sol o sombra,
desean ver de cerca la Casa Batlló, obra de Gaudí.
Fue
entonces cuándo avistamos un pequeño grupo que se nos había pasado
desapercibido a Barbie y a mí. Y allí estaban; Beatriz Moreno y su pareja
charlaba con Azahara Aguilera y su madre María Luisa que estaban agarradas
para soportar la ventisca. Después reconocí a Aurora Pazos que venía con su
madre y su hermana ¡Qué sorpresa! Barbie conocía aquella misma tarde a más
coleccionistas que, gracias a ella, se reunían una vez más.
-
¡Necesito una foto delante de Casa Batlló! ¡Por Dior! – dijo Barbie a grititos.
Fue
entonces cuándo Azahara, Aurora y su hermana y una servidora fueron al punto
indicado por Azahara para la obtener las mejores instantáneas, lo que denota
mucha experiencia por su parte sacándose fotos frente al edificio de Gaudí ^_^
Allí
Barbie vivió “en sus plásticos” a los primeros curiosos que se acercaron y
preguntaron por ella. Explicamos su historia y el porqué y no dejaba a nadie
indiferente. Sufrió unos pequeños accidentes al intentar sacarse unas fotos
desde un lugar complicado, pero todos sabemos que Barbie siempre quiere más ¡No
le teme a nada!
Después
de la primera sesión instigó a todos a caminar para entrar en calor e ir en
busca de un lugar calentito para conversar… ¿Y porqué no? ¡Comer algo también!
^_^
Así, el
grupo descendió el Paseo de Gracia hasta llegar a Plaza Catalunya. Por el
camino Barbie quedó alucinada -¡Los escaparates de Cartier estaban vacíos! Esto
nunca lo había visto…- Y quiso hacerse una foto para dar constancia.
"¿Sabes Ken?, Cuando era una niña, solíamos jugar a ir detrás de la lluvia. Papá nos subía a todos en el coche familiar y viajábamos por los montes buscando nubes oscuras que desgranaban gotas por los cristales y que cambiaban el paisaje a cada paso. El interior del coche siempre se empañaba y yo jugaba a escribir con mi vaho mensajes y corazones en las lunas. Es curioso porque en ese momento aún no te conocía y, sin embargo, en mis recuerdos te imagino sentada a mi lado"
Al llegar a Plaza Cataluña ya todo el cielo estaba oscuro. Barbie quería entrar en la nueva tienda Apple pero en domingo lo tendría difícil. Enseguida percibió algo diferente -¡Las luces de Navidad!- Todos los árboles estaban plagados de pequeñas lucecitas en tonos azules y morados. Las fuentes iluminadas parecían árboles de navidad en movimiento. Habían acabado de montar nuevamente la pista de patinaje sobre hielo y la gente andaba de allá para acá abrazados. Todo el aura de la plaza sugería que algo estaba transformándose. En fin, el invierno estaba haciendo acto de presencia.
- ¿Nos
pasamos por Hard Rock Café Barcelona? – Barbie quería, al menos, conocer el
emblemático local. Allí, descarada, se encaramó a una barra y se pegó unos
bailoteos.
- ¿Nos
tomamos algo calentito? – Estaba claro que Barbie necesitaba comer algo en un
lugar tranquilo así que todos bajaron por las Ramblas en busca de algún sitio
adecuado. Fue entonces cuándo alguien gritó -¡La fuente de Canaletas! ¡Barbie
debe beber agua de ella para que vuelva a Barcelona!- Así que, ¿Qué menos que
una buena foto de grupo después de una sesión particular sentadita en ella?
Listo.
Ya había conseguido dejar a todos hambrientos. Paseamos por las callejuelas del barrio gótico
hasta llegar a la Catedral de Santa Eulalia, majestuosa por su arquitectura
gótica, valga la redundancia ya que pisamos por suelo histórico. Y cómo Barbie
se había olvidado la chaqueta, lo que denota su espíritu aventurero, corrimos
hacia una chocolatería Carte D’Or.
¡Uf!
¡Al fin todos sentados! – Suspiró Barbie – Prepáreme un gofre con chocolate
caliente y lacasitos y para beber un batido de plátano y leche, por favor… -
Todos se la quedaron mirando asombrados. ¡No imaginaban que era tan buena
comensal!
Y allí,
entre chocolates calientes, gofres, crêpes, cafés y batidos conversaron sobre
su viaje y sobre la reciente y pasada convención. Estaban todos curiosos por
saber sobre las subastas de las OOAK de los grandes diseñadores españoles que
habían donado sus creaciones en pro de un sueño: Ayudar.
Como
no, marujearon sobre la gente del grupo de Coleccionistas de Facebook, contaron
anécdotas y se rieron mucho. Fue una tarde provechosa para ella. No imaginaba
que valía la pena salir de casa en una tarde lluviosa. Pero poco a poco iba
descubriendo que aquello era algo más grande que un paseo por España. Así como
se dio cuenta que el invierno hacía acto de presencia en aquella maravillosa
plaza, Barbie percibió que su viaje conseguía algo fantástico: Humanizar el
contacto que antes era sólo virtual. Todo estaba dando sus frutos. Sonreía al
observarlos a todos hablando y riendo al mismo tiempo. Estaba orgullosa de
ellos.
Texto: J. Luis Montesdeoca y Mon Arena
Fotos: Mon Arena
Fotos: Mon Arena
Una bela hermosa noche com hermosas mun~ecas:)
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