Repintada en el taller de OskART dolls y ceñida en un fabuloso OVAZ, nadie combina con tanto estilo un vestido de alta costura y una espesa barba castaña como Conchita Wurst. Y es que este personaje creado por el cantante Thomas Neuwirth, y con el que consiguió ganar la última edición del festival de Eurovisión para Austria, se ha convertido en un icono de la cultura gay, quienes ven en ella los ingredientes de una auténtica Diva.
Más allá de la apariencia física, Conchita Wurst, salchica en alemán, es un llamamiento a la tolerancia, al respeto y al amor universal. No se trata de lo que parezcas ser, sino de la clase de ser humano que eres. Este potente lema, envuelto por un androginismo extremo y por piedras de alta costura, hacen imposible no clavar la mirada en el asombro de la reinvención del mito de la mujer barbuda. Desde entonces, han corrido imágenes en la web de muchos coleccionistas que han pintado con rotuladores barbas a sus muñecas Barbie. "Rise like a phoenix", o lo que es lo mismo, resurgir de nosotros mismos una vez más.
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